25 de julio
El domingo 25 fue un día triste para todos nosotros. Teníamos que despedirnos de las familias y decirles que queríamos volver, que los echaríamos de menos. La verdad es que ha sido fantástico. Nos hemos divertido, hemos aprendido a comunicarnos en otro idioma que hasta ahora nos parecía mucho más difícil y hemos aprendido a comportarnos y respetarnos en grupo. No era una empresa fácil pero tampoco era imposible. La despedida en el aeropuerto fue muy entrañable: besos, más besos, big hugs, deseos de encontrarnos en facebook, etc. Solo quedábamos nosotros en el aeropuerto y tuvieron que tirar de nosotros para separarnos. ¡Nos vemos el año que viene en Dublín, hasta siempre!